El martes 18 de Enero de 2011 el periódico español El País publicaba un artículo de la ministra de (in)cultura española Ángeles González-Sinde. Ayer, 20 de Enero de 2011, algunos sucesos ocurrían: varias empresas españolas se agrupaban para mostrar su rechazo a la Ley Sinde, más tarde EE.UU. reclamaba un endurecimiento de la citada ley bajo el amparo de la Federación Internacional de la Industria Discográfica, el presidente de la república francesa anunciaba un G20 para tratar temas de propiedad intelectual y la guinda la ponía la filtración de una ley para retención de datos en Suecia. Los responsables de que se califique compartir como piratería, copiar como robar, cultura como superventas o libre como gratis siguen moviendo los hilos.
Si en España EE.UU ha apoyado activamente la ley Sinde, en Suecia diseñó literalmente una ley que censura, reprime e incentiva el acoso y espionaje. La embajada estadounidense en Estocolmo se convirtió en el parlamento sueco, el embajador en el primer ministro y los ciudadanos en insignificantes estorbos. Lo que se ha hecho con la IPRED (la ley Sinde sueca) es brutal, y es lo que se pretendía hacer en España. Ahora se sabe que el gobierno sueco cedió ante las presiones de la embajada estadounidense, que cedió ante los intereses de un gobierno extranjero sacrificando la libertad de los ciudadanos. El país que hace demasiado tiempo fue aliado de la libre información y que colaboró con WikiLeaks, ahora es un ejemplo de lo que la ministra de (in)cultura española quiere conseguir. Lo que se quiere conseguir en España es hacer legal la corrupción, el despotismo o la censura. Y se quiere hacer legal abogando a la cultura mediante mentiras y amenazas....
Sigue leyendo el artículo aquí, y recalco el link hacia El Partido Pirata sueco califica de "repugnante" la presión de EE.UU para imponer su ley.
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